Desde el momento en que me puse estas bragas de encaje negro, supe que sería un día especial. La tela suave y delicada acariciaba mis curvas con cada movimiento, provocando una ola de deseo que crecía a lo largo del día. Al anochecer, no pude esperar más y me permití disfrutar, sentir la tela húmeda, llegando al orgasmo pero sin parar de tocarme, más flujo, siempre más y más. Estas bragas, cargadas de esa pasión, están ahora listas para que tú las disfrutes. te llegarán en un sobre al vacío.