Entre la intriga y el morbo, los fetiches sexuales son ese gran desconocido para mucha gente. Y es que a día de hoy no son pocas las personas que tienen alguna clase de fetiche sexual, pero no son muchos los que se atreven a desvelarlo.
Pero, ¿qué es un fetiche?
Un fetiche es un comportamiento que consiste en la excitación erótica o fascinación a través de un objeto fetiche, que puede ser un objeto o parte del cuerpo en particular. En resumidas cuentas, un fetiche es algo por lo cuál una persona tiene tanta admiración por algo, que produce una excitación sexual al tener algún tipo de interactuación con dicha parte u objeto.
Los fetiches sexuales son diversos, al igual que el nivel de excitación o fascinación por el mismo. Por eso, mientras que la vida diaria se desarrolle con normalidad, sin que el fetichismo interfiera de una manera negativa, se trata de una actividad sana y normal.
Es, en definitiva, una manifestación más de la sexualidad.
Dentro de la sexualidad de las personas existe un amplio rango de posibilidades que nos llevan a la existencia de muy diversos fetiches sexuales.
Es normal haber escuchado sobre algunos de los fetiches más habituales como el fetiche de pies o el fetiche de las bragas usadas, nuestra especialidad. Pero hay mucho más por descubrir.
Hemos creado una lista con 15 fetiches, algunos más conocidos y otros más extraños, que te permitirán conocer más acerca de este tema.
Como no podía ser de otra manera, el primero de los fetiches que queremos mencionar es el de las bragas usadas. Panty.com es una plataforma enfocada en este fetichismo.
Tal y como demuestran nuestros usuarios, es un fetiche muy extendido y cada día más hombres y mujeres lo practican.
La burusera se centra en la ropa interior usada. Uno de los principales argumentos de los fetichistas de ropa interior es la excitación por el olor de la prenda. Y es que dependiendo tanto de la persona como del tiempo que se lleve puesta, dicho aroma puede ser muy diferente.
Son las siglas de varias prácticas sexuales: Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo. El BDSM es un término que engloba varias prácticas eróticas y que muchas personas incluso lo involucran en su día a día, hasta el punto de considerarlo un estilo de vida.
El BDSM siempre conlleva un juego de rol con reglas previas, en el que todas las partes están de acuerdo y la actividad es consensuada. De este modo, aunque las sesiones de BDSM pueden ser incluso arriesgadas, según qué prácticas, siempre han sido pactadas entre las personas implicadas.
Los juegos de disciplina y sumisión conllevan siempre un rol dominante sobre otro sumiso. En estos juegos siempre hay una palabra de seguridad que hará que la sesión o dominación pare al instante.
El BDSM no tiene siempre por qué ser de este modo, y es que un sencillo juego de sumisión en la cama con pareja, ya se enmarcaría en este fetiche.
Y si creíais que ya lo sabías todo sobre fetiches sexuales, qué decirte sobre uno que quizás lo hayas practicado más de lo que crees. La acuafilia, que se trata de la excitación por tener relaciones dentro del agua.
La acuafilia no sólo conlleva la relación sexual en sí, si no la excitación por estar dentro del agua con la otra persona. Los juegos dentro del agua, el movimiento del cuerpo, los besos bajo el agua… Parece una serie americana, pero no, es una de las formas más comunes de sexo. Y si no que te recuerden el verano del… Todos tenemos ese verano.
Los fetichistas de la acuafilia confirman que no sólo les excita tener relaciones dentro del agua, sino que también disfrutan de ver a la persona dentro de una piscina o el mar, y que tengan ese aspecto mojado después.
El catsuit podría incluirse o utilizarse dentro de otras prácticas de fetichismo como el BDSM o el látex, pero constituye en sí un símbolo fetiche.
Quizás los superhéroes han tenido que ver en este fetiche, y es que cuando hablamos de catsuit no podemos dejar de acordarnos de catwoman, es decir, de Halley Berry enfundada en un sexy catsuit negro y tacones.
O quizás recuerdes a Britney Spears en su vídeo de “Ops, I did it again”, enfundada en un catsuit rojo.
Otras muchas cantantes han hecho uso de esta sugerente prenda, y es que, aunque deje poco al descubierto, no hace falta ser explícito para ser sugerente.
¿Cuantas veces has tenido que pedir que parasen de hacerte cosquillas porque no lo aguantabas más? Pero también hay otras muchas veces que has pedido que siguiesen haciéndote cosquillitas en el brazo o la nuca, porque estabas sintiendo relajación o placer.
Y, ¿qué tal si hablamos de las cosquillas en los pies? El ticking se basa en realizar cosquillas en los pies de la otra persona, provocando cosquillas o incluso una sensación inaguantable, esto depende del gusto de la persona que lo recibe.
Es por eso, que en este fetiche una persona tiene el rol de dominación sobre la persona que recibe las cosquillas. Por este rol de dominación es por lo que algunas personas clasifican esta práctica dentro del BDSM. Sin embargo, para otros es una práctica demasiado light para enfocarla dentro de este espectro.
El tickle además juega con las reacciones del cuerpo y las risas, ya que, aunque los pies son la base de este fetiche, idealmente se realizan cosquillas por todo el cuerpo. El placer puede venir derivado de la situación de sumisión en la persona que recibe las cosquillas.
El fetiche del látex tiene una parte relacionada con el fetiche del catsuit, peor en sí supone todo un mundo de posibilidades. Aunque no hay una teoría clara acerca del porqué de este fetiche, si que las personas que lo practican tienen una visión en común, y es que el fetiche del látex supone para quien lleva una prenda de este material una segunda piel.
Las prendas de látex suelen ser para cubrir todo el cuerpo, incluso la cara con máscaras o gafas. Una segunda piel de látex te permite tener la misma capacidad de movimiento, a la vez que te protege y aísla del exterior. El látex general una presión constante sobre la piel de la persona que la lleva puesta, y dicha presión se convierte en algo erótico para el fetichista.
Para algunas personas no es sólo la presión del el látex, sino también el olor del mismo supone un estímulo que carga, aún más, de erotismo la situación al llevar una de estas prendas puesta.
Por último, la presión del látex sobre el cuerpo hace que este también se vea como un elemento del bondage. Además, aunque a algunas personas no les guste llevar prendas que les cubra todo el cuerpo, si que les excita y gusta llevar algo de ropa interior de látex, ya que visualmente también es una prenda que emite sensualidad.
Otro de nuestras grandes pasiones. ¿Cuántas veces no has oído hablar del fetichismo de pies? Los fetichistas de pies pueden excitarse sexualmente al ver, oler, lamer, tocar, masajear o besar los pies de otras personas.
Mientras que existen muchas teorías del porqué de este fetiche, aún no se ha llegado a una conclusión clara. Este fetiche suele darse más en hombre, o al menos es en quien se ha estudiado más, y todas estas teorías existentes alrededor de este fetiche, intentan dar contestación al fetiche de los pies por parte de los hombres.
Mientras que otros fetiches son disfrutados en la intimidad, el fetiche de pies es uno de los fetiches de los que más se habla abiertamente. El director de cine Quentin Tarantino es abiertamente un fetichista de pies, y es común verlo en sus películas en las que se les da un protagonismo especial a esta parte del cuerpo.
¿Recuerdas a Uma Thurman bailando descalza en Pulp Fiction? Puro fetiche.
Para hablar en profundidad del fetiche de pies, no podemos dejarnos atrás el fetiche por el calzado. Muchos amantes de los pies también lo son de los pies con calzado abierto, sobre todo de pies de mujeres con sandalias o con zapato de tacón.
El fetiche por los zapatos de tacón tiene su base en que es una prenda asociada a la feminidad. Es por eso que muchos hombres se sienten no sólo atraídos, sino excitados, por los tacones de mujer. La fijación es tal, que no sólo pueden excitarse, si no que pueden llegar a tener un orgasmo por la observación o uso de los zapatos en sus prácticas sexuales.
El acomoclitismo no esconde nada más y nada menos que la excitación por la falta de vello púbico. Tal y como demuestran muchas personas que piden a sus parejas (tanto hombres como mujeres), estar totalmente depilados.
Mientras que en otras culturas el vello púbico se ve como símbolo de excitación y sensualidad, en nuestra cultura las personas que tienen este fetiche no sólo disfrutan de ver a la otra persona sin vello, sino también por la falta de éste en sí mismos.
No hay mucha información acerca del acomoclitismo, pero puede deberse a la imposición de ciertos cánones de belleza en nuestra cultura, lo que cual lleva a que vaya en contra de la propia higiene y salud de nuestro cuerpo.
¿Hasta dónde puede llegar tu amor por la naturaleza? La dendrofilia es la excitación por lo árboles y plantas. Dicho fetiche viene derivado también del uso de ciertos vegetales para la masturbación. ¿Un pepino, una zanahoria o alguna fruta en tu último juego sexual?
Quizás eres un dendrofilio si has usado alguno de estos objetos para la mastubación vaginal o anal.
Algunos hombres incluso llegan a utilizar huecos en los árboles para masturbase. Es, tras esta conexión con la naturaleza, cuando algunas personas empiezan a sentir excitación por la misma.
¿Cuántas veces te has fijado en ese madurito o madurita con quien te cruzas a diario? Si te excitan las personas de una edad muchas más avanzada que la tuya, se denomina gerontofilia. Ya puedes ponerle nombre a tu excitación.
La gerontofilia puede venir derivada de la madurez, inteligencia o experiencia de las personas mayores, que aportan seguridad y confort.
La atracción por un hombre extremadamente mayor se denomina Alfamegamia, y por una mujer extremadamente mayor Matronolagnia.
La Hierofilia es el placer sexual por objetos sagrados o religiosos. Lo que para algunos puede ser un objeto de culto, para otros se convierte en algo que incluir en sus juegos sexuales. Y es que hay que tener en cuenta que la variedad de objetos religiosos es muy variada a lo largo del mundo.
Los hierofílicos se excitan por llevar objetos religiosos durante sus relaciones sexuales, o que sus parejas los lleven. Y el placer no acaba ahí, la hierofilia también puede conllevar excitación sexual por templos o lugares sagrados, por el hecho de estar en un confesionario o incluso por la fijación en personas relacionadas con la religión como pueden ser los monjes, sacerdotes o monjas.
Este fetiche, hace que las personas que lo viven les lleva a intentar tener relaciones sexuales en lugares de culto.
¿Cuántas veces te has sentido atraído o atraída por el cabello de tu pareja? Puede que ya tengas la respuesta a dicha “obsesión”, y es que se trata de la tricofilia.
La tricofilia es la adoración por el cabello humano, principalmente el de la cabeza. La excitación puede venir por el color, la largura o incluso la textura del mismo. Aunque la principal excitación se centra en el pelo de la cabeza, también puede existir la excitación por el vello corporal e incluso por el pelaje animal.
La tricofilia también puede incluir el fetichismo del peinado, en el que la excitación viene por ver cómo el cabello es peinado o acicalado.
La xenoglosofilia podría explicar el porqué de tu éxito cuando viajas al extranjero. No es sólo porque seas esa persona exótica venida de un vuelo de no más de 3 horas (vaya, que no es tan exótica la cosa vista así), si no que puede deberse al fetiche por las lenguas extranjeras.
La xenoglosofilia es la excitación sexual por escuchar a hablar a otras personas en idiomas extranjeros. Nos imaginamos que ya cuando intentas hablar el idioma del país que visitas con todo tu acento extranjeros, no hará más que sumarte puntos.
Cuando te vuelvan a decir que el francés es el idioma del amor, podrás rebatir que tu español, fuera de tus fronteras también lo es.
La odaxelgania es la excitación por ser mordido o moder a otras personas. Dichas mordeduras no tienen porqué buscar hacer mal a la otra persona, si no causar un pequeño dolor o sentirlo en el propio cuerpo. Simplemente morder, sin causar dolor, puede conllevar excitación.
La odaxelgania es un fetiche mucho más común de lo que se piensa y que se practica por muchas parejas. ¿Cuántas veces no se ha puesto un poco salvaje el asunto y ha caído un mordisco?
Y hasta aquí nuestra lista de fetiches sexuales. ¿Cuál ha sido el que más te ha sorprendido? ¿Qué fetiche tienes y no sabías?